El Polo Aeroespacial de Galicia acoge las pruebas finales de vuelo del Targus, el avión opcionalmente pilotado de Indra y la Xunta

La aeronave está preparada para dar apoyo en misiones de busca y rescate, extinción de incendios, protección medioambiental y del territorio y control de usos del suelo, entre otras aplicaciones.

La directora de la Axencia Galega de Innovación (Gain), Patricia Argerey, acudió esta miércoles al Centro de Investigación Aerotransportada de Rozas (CIAR), en Lugo, para comprobar los trabajos que se están llevando a cabo con el dron. Los pasados meses de junio y julio, el Targus ya completó una primera serie de pruebas en las que demostró su capacidad para ser pilotado en remoto desde tierra y volar de forma autónoma.

Ahora, la aeronave comienza a volar con su sistema de misión completo, que se compone de un sofisticado radar y cámaras electroópticas e infrarrojas giro-estabilizadas que recogen y envían datos a la estación de control en tierra en tiempo real. Indra cumple así con el principal compromiso adquirido dentro de la Civil UAVs Initiative, que es el desarrollo de una aeronave pionera que abriría el camino al resto de la industria.

Las pruebas que se están realizando en Rozas se llevan a cabo con un dron de 1,25 toneladas de peso y 11 metros de envergadura, que está volando en espacio aéreo no segregado como si fuera una aeronave más. Es la primera vez que un UAV obtiene permiso para realizar unos vuelos como estos, lo que representa un hito para la industria aeronáutica del país.

Todas las pruebas se están llevando a cabo bajo las condiciones de vuelo aprobadas por la Agencia Europea para Seguridad Aérea (EASA) y con el permiso de vuelo emitido por la Agencia Estatal de la Seguridad Aérea (AESA) que autoriza su experimentación. Además, se realizan bajo un protocolo especial de comunicación establecido con el control aéreo del aeropuerto de Santiago de Compostela.

El Targus realiza todas las pruebas de esta campaña con un piloto a bordo que se encarga de llevar a cabo la maniobra de despegue y aterrizaje y de ceder a la estación de control en tierra el mando de la aeronave una vez en el aire.

Esta estrategia de desarrollar un dron que da la opción de llevar un piloto en cabina permitió avanzar en el proyecto a gran velocidad. También supone una gran ventaja operativa para los futuros usuarios, que podrán sobrevolar zonas urbanas o aterrizar en aeropuertos sin restricciones de forma tripulada y volar sin piloto al llegar a la zona de operaciones. Este doble uso refuerza el atractivo comercial y las capacidades del Targus.

En paralelo, Indra concluyó el desarrollo de su Centro de Misión y Procesado de Datos, un avanzado sistema de información que proporciona utilidades de persistencia, disponibilidad, concentración, post-encausado y valorización comercial de los datos capturados por sistemas no tripulados, tanto aéreos como marinos y terrestres.

El sistema desarrollado permite la incorporación de los datos capturados por cualquier sistema no tripulado, garantiza la posibilidad de enriquecer el dato mediante algoritmos de post-encausado proporcionados por cualquier entidad que los había desarrollado, está orientado al modelo de negocio de sus usuarios, y permite participar en la obtención de la información gracias a una sala de seguimiento de las misiones que concentra en uno único entorno operacional todo el conocimiento situacional que podría ser de interés para la ejecución de las operaciones.

Impulsado por la Xunta, el Polo Aeroespacial de Galicia está movilizando 165 millones de euros, e hizo posible que más de 50 empresas y centros de conocimiento y cerca de 500 personas trabajen en el desarrollo de más de 35 proyectos. Actualmente, la Xunta está trabajando en la definición de un nuevo período de actuaciones entre 2021 y 2025, dando respuesta a los nuevos retos y creando nuevos instrumentos de colaboración público-privada para impulsar el tejido industrial y de conocimiento gallego en el sector aeroespacial.